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La Macarena era el barrio de la bohemia bogotana, donde residían y compartían tragos decenas de artistas, escritores y periodistas destacados de la vida nacional. Uno de ellos era Jaime Garzón, el desaparecido periodista y humorista. 

 

Uno de los lugares que más frecuentaba Garzón era El Patio, el primer restaurante que tuvo La Macarena. Iba allí cotidianamente a beber un vaso de whisky sobre las 12 del mediodía. De hecho, El Patio tiene una especie de altar con fotografías suyas para recordarlo y ofrece un arroz con su nombre. Este lugar vintage, ambientado con música francesa, ofrece especialmente carnes que vale la pena degustar. 

 

El Patio, con su estética y gastronomía mediterránea, fue, de alguna manera, una piedra fundacional para que restaurantes de comida internacional empezaran a surgir en la zona. Desde entonces, La Macarena transformó su espíritu fiestero en culinario. 

 

Al salir de El Patio, recorriendo las calles del sector, te encontrarás con un lugar que no es tan colonial como La Candelaria ni tan moderno como la 93; esa mezcla de tradición y contemporaneidad, lo hace encantador y define su identidad. Sus coloridas fachadas en viviendas y murales irradian un aire festivo y una tranquilidad apropiadas para pasear sin prisa y tomar las mejores fotos.  

 

La actividad en La Macarena comienza desde temprano. En Ázimos, podrás desayunar y probar el tradicional ‘tinto’ (café negro colombiano). Muy cerca de allí está Luvina, una tradicional librería donde puedes estudiar, almorzar y participar en cine foros y clubes de lectura. Si buscas un buen postre, te recomiendo los alfajores de Grosso Pastelería. Los mejores de Bogotá para algunas personas con las que conversé. 

 

Por la carrera cuarta encontrarás una sucesión de restaurantes con banderas ondeando que indican qué tipo de comida ofrecen. En la Macarena podrás descubrir platos españoles, franceses, mexicanos, árabes, italianos, todo un repertorio de comida peruana y otro tanto dedicado a la gastronomía colombiana. En Sándwich Taller puedes disfrutar los sabores caribeños con diferentes tipos de pan y en La Juguetería, cuya decoración te hará sentir en el baúl de juguetes de un niño criado en décadas pasadas, su especialidad son los finos cortes de carne.



 

La Macarena es singular por una razón: allí encontrarás restaurantes pequeños y entrañables, y no los acostumbrados establecimientos de las grandes cadenas. Allá puedes ver a los dueños de los locales atendiendo o cocinando con esmero, y eso puede derivar en una mejor experiencia gastronómica. 

 

Quiero hablarte de un restaurante en particular. El Santa Fe es uno de los mejores lugares que he podido visitar. En una casa clásica, decorada con candelabros y mobiliario de otra época, en medio de libros y pinturas, puedes probar una variedad de carnes —de avestruz, cordero, búfalo, langosta, pescados—, deliciosas ensaladas y opciones veganas. Si buscas un espacio para una cena romántica o para conversar en una atmósfera íntima, sin distracciones, este es un lugar perfecto. 

 

Desde La Macarena puedes planear una ruta para sumergirte en la actividad cultural capitalina. Además de la alta cocina, descubrirás uno de los distritos artísticos más importantes de la ciudad. Vale la pena que te detengas en El Dorado, una galería de arte contemporáneo fundada en 2015 que cuenta con cuatro espacios que dialogan entre sí. En un bello jardín aprecias las exposiciones y en el edificio hallas una de las colecciones de arte moderno y contemporáneo más valiosas de Colombia. 

 

En el sector también encontrarás galerías fundamentales en el circuito artístico de Bogotá: la Garcés Velásquez, NC ARTE y la Valenzuela Klenner. Muy cerca de allí, además, está el Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBO) y el Museo Nacional. 

 

Luego puedes visitar el Planetario de Bogotá, responsable de que varias generaciones de colombianos se acerquen a la ciencia. De forma comprensible y divertida, mediante experiencias que combinan el arte, la tecnología y la ciencia, tú y tu familia pueden adentrarse en el mundo de los astros. 

 

Se trata de uno de los pocos planetarios de última generación en el mundo. El Planetario, como aporte a la reactivación cultural de la capital colombiana, adquirió recientemente un nuevo sistema de proyección (el Griffyn 4k32-RGB) que mejora la iluminación del domo y crea experiencias visuales hiperrealistas y sorprendentes. 

 

Además del proyector, el domo (con capacidad para 376 personas) cuenta con un servidor de última generación que permite hacer proyecciones en resolución 4k y sonido envolvente 7.1, lo que convierte al escenario en uno de los más avanzados en su tipo. Su software permitirá, entre otras cosas, que residentes y turistas viajen por el sistema solar, contemplen nuestra galaxia y visualicen la fracción más lejana del universo. 

 

Si quieres llevarte un buen retrato de la vibrante actividad cultural de Bogotá, no dejes de visitar La Macarena y sus atractivos aledaños. ¡En Bogotá Nos Vemos

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