Las abejas obreras trabajan incansablemente para producir ese dulce manjar que es la miel. Los 12 apicultores que conforman Apiusme crearon una experiencia turística para disfrutar en familia o amigos. 

Conoce esta labor mientras recorres los paisajes rurales de Usme, rodeados por montañas y distintos cultivos y descubre los secretos de la apicultura de la mano de los expertos. 

Caminar por las calles de Quinta Camacho es como dar un corto paseo por un barrio de Londres. Sus casas con antejardín, techos inclinados al estilo inglés y aceras rodeadas de árboles, acogen restaurantes casuales -o fine dining-, cafeterías, salones de onces y bares de coctelería de autor o música en vivo. Increíbles propuestas de sabor y lo mejor de todo: a un paso unas de las otras.

Situado en el norte de Bogotá, el Parque de la 93 es un enclave animado que combina gastronomía, entretenimiento y naturaleza. Con su amplia variedad de restaurantes y bares, es el punto de encuentro ideal para locales y turistas. 

La Macarena es un barrio residencial, con edificios de cuatro, cinco o seis pisos, que se comenzó a construir a comienzos de la década de 1950 y que, con el tiempo, se ha consolidado como un sector con una oferta cultural amplia y con una variada oferta gastronómica que derivó en lo que hoy se conoce como la Zona M, tal como se conocen otras zonas similares de Bogotá. 

Reserva una mañana o una tarde completa para recorrer La Candelaria: un barrio que te invita a hacer un viaje por el pasado entre pequeños cafés y restaurantes que se asoman a cada paso. Su oferta culinaria se enfoca en cocinas típicas de Bogotá donde preparan con maestría el emblemático ajiaco y otros platos regionales, comida internacional con platillos nacionales y cocina de autor.

Bogotá era tan pequeña en 1954 que Usaquén era un municipio aledaño que suponía todo un paseo por la carretera Central del Norte, hoy carrera 7a, que sigue siendo la vía de salida de la ciudad. En tiempos prehispánicos, los indígenas muiscas vivían y contemplaban la sabana, mientras que algunos caciques, que contaban con el visto bueno del zipa, el señor de Bacatá, recibían el título honorífico de Usaquén, de donde procede el nombre de la hoy localidad y zona gastronómica. 

A medida que se camina por las calles adoquinadas en forma de T aparecen bares, restaurantes y locales comerciales donde la única consigna es pasarla bien. La Zona T es parte de la Zona Rosa de Bogotá, donde hay sitios para todos los gustos y todos los presupuestos, y donde desde los martes por la noche hasta el domingo de madrugada.